¿Eres de las personas que pasa gran parte de su jornada delante de pantallas? Si es así, es posible que en algún momento empieces a notar molestias e irritaciones en los ojos y podría tratarse de fatiga visual. ¡Te explicamos más en el post de hoy para que aprendas a prevenirla!

¿Qué es la fatiga visual?

La fatiga visual no se trata de una patología como tal, sino la consecuencia de un esfuerzo acomodativo. Para que lo entendamos, nuestra visión está preparada para mirar a largas distancias, pero actualmente por nuestro estilo de vida pasamos muchas horas leyendo, mirando pantallas, teléfonos u otros dispositivos, haciendo que los ojos tengan que enfocar a distancias muy cortas durante largos periodos de tiempo. Esto ha hecho que cada vez sea más frecuente encontrarse con dolores de cabeza, ojos secos, cansados… Y es que en los últimos años, el mundo digital se ha integrado en nuestro día a día. Vivimos rodeados de ordenadores, smartphones, tablets… y sobre-exponiendo nuestros ojos a un entorno “multipantalla”. Todo ello propicia la aparición de “nuevos” problemas de visión.

¿La fatiga ocular es lo mismo que la vista cansada?

Es frecuente que se suela confundir una con la otra pero son conceptos diferentes. La presbicia (conocida popularmente como vista cansada) es un proceso de envejecimiento natural del ojo. Alrededor de los 40 años de edad, el cristalino, la estructura en forma de lente que se encuentra dentro del ojo, pierde elasticidad. Cuando el cristalino es joven, se adapta y enfoca a todas las distancias. Pero, a causa del proceso de envejecimiento, gana rigidez. El resultado es que cuesta más enfocar o acomodar. Por otro lado, la fatiga visual es una molestia temporal y reversible.

¿Qué la causa?

Como comentamos al inicio, hay ciertas causas que favorecen la aparición de síntomas molestos y que derivan en fatiga visual. Entre ellas se encuentran situaciones en las que el ojo tiene que realizar un esfuerzo acomodativo mayor, como:

  • Disponer de demasiada o de muy poca luz.
  • Padecer un defecto refractivo no corregido que produce fatiga ocular.
  • Exponerse a ambientes muy secos o demasiado fríos.
  • Leer, estudiar o conducir muchas horas.

¿Cuáles son sus síntomas?

Ya conoces las principales causas de la fatiga visual. Pero, ¿estás padeciéndola? Si la sufres puede que percibas alguno de los siguientes síntomas. Debes saber que las manifestaciones de la fatiga visual son muy variadas y a cada persona le puede afectar de una manera distinta, dependiendo de su  morfología y hábitos visuales.

  • Molestias en los ojos. Ardor, picor, hinchazón, sensación de arenillas. Normalmente, se trata de sensaciones internas, que no se manifiestan exteriormente, aunque puede haber excepciones. Muchas veces el enrojecimiento asociado a la fatiga ocular es consecuencia de haberse frotado los ojos para aliviar el malestar. Las molestias mencionadas pueden estar localizadas en los ojos y, también, en el contorno de los mismos, en el puente nasal o en la cuenca del ojo.
  • Dolores de cabeza. Aparecen también como consecuencia de haber realizado un gran esfuerzo acomodativo. Se diferencian de otros dolores de cabeza (cefaleas tensionales, migrañas, jaquecas…) porque se localizan en la zona de los ojos o la frente e irradian hacia atrás. Además, no se sienten en un solo lado de la cabeza.
  • Hinchazón y enrojecimiento. A veces, esta sensación de “ojos hinchados” tiene una manifestación externa que, por lo general, viene acompañada de lagrimeo. Es una hinchazón leve que no suele confundirse con episodios alérgicos o infecciosos, ya que, en estos últimos casos, las manifestaciones son mucho más severas.

Cómo prevenir la fatiga visual en el día a día

Por suerte, la fatiga visual engloba una serie de molestias que desaparecen cuando dejas de forzar la vista y das un descanso a los ojos. También hay ciertas acciones que puedes poner en práctica desde hoy mismo para prevenirla. Con estos cambios en tus hábitos diarios, sentirás una buena mejoría. ¡Toma nota!

  • Haz pausas: si pasas muchas horas frente a pantallas o realizando tareas que requieren enfocar la vista y concentración, planea una serie de descansos. Utiliza la regla de los tres 20: después de 20 minutos de trabajo, haz un descanso de 20 segundos en el que mires a 20 pies, que son 6 metros de distancia.
  • Cuida la iluminación: no disponer de suficiente luz puede hacer que debas forzar demasiado la vista. Por eso, asegúrate de disponer de una luz tenue, que no cargue los ojos. Si tienes que leer o estudiar, también puedes usar una iluminación focalizada, como disponer de una lámpara de mesa.
  • Las lágrimas artificiales, tus mejores amigas: cuando estamos trabajando o muy concentrados, es normal que parpadeemos menos. Unas gotitas te ayudarán a tener los ojos más húmedos y a reducir la sequedad.
  • Gafas con filtro de luz azul: si pasas intensas jornadas delante de pantallas, puedes emplear gafas con filtro de luz azul, que bloquean la duz dañina para nuestros ojos reduciendo la fatiga visual.
  • Cuida la calidad del aire: tus ojos agradecerán una menor exposición al humo y al polvo.

Por último, pero no menos importante, recuerda tu revisión visual anual. Un examen visual completo siempre nos ayudará a detectar cualquier problema visual. Esperamos que este post os haya aclarado algunas dudas… Y si crees que puedes tener alguno de los síntomas que hemos mencionado pídenos cita. ¡Te esperamos!

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