La audición forma parte esencial de nuestra comunicación y calidad de vida. Con el paso del tiempo (o simplemente por exposición al ruido, infecciones, ciertos medicamentos o factores genéticos) es posible que aparezcan problemas auditivos sin que nos demos cuenta.
Por eso, una evaluación auditiva completa es fundamental para detectar alteraciones a tiempo y valorar la mejor solución.
A continuación te explicamos cuáles son las principales pruebas auditivas que realizamos en adultos, en qué consisten y qué información aporta cada una.
Anamnesis: primera toma de contacto
La anamnesis es una breve entrevista inicial en la que el profesional de la audición recopila información importante sobre tu salud y tus sensaciones auditivas.
Las preguntas más frecuentes en la anamnesis son:
- ¿Notas que oyes peor en ambientes ruidosos?
- ¿Tienes que subir el volumen de la TV?
- ¿Pides que te repitan lo que te dicen?
- ¿Tienes antecedentes familiares de pérdida auditiva?
- ¿Has tenido infecciones de oído recientemente?
- ¿Sufres tinnitus (pitidos en los oídos)?
- ¿Estás expuesto habitualmente a ruidos fuertes en tu trabajo u ocio?
Esta información ayudará a orientar la exploración y comprender mejor el origen posible de la pérdida auditiva.
Otoscopia o videotoscopia
Es una observación directa del canal auditivo externo y la membrana timpánica, gracias a la cual podremos detectar tapones de cerumen, identificar infecciones (otomicosis, otitis externa…), comprobar perforaciones o retracciones timpánicas y evaluar el estado general del oído externo y medio. Es una prueba rápida, indolora y fundamental para comprobar que el oído esta en condiciones adecuadas para realizar las pruebas posteriores.
La videotoscopia permite mostrar al paciente en una pantalla lo que el especialista está observando, lo que facilita su comprensión.
Audiometría tonal liminar: vía aérea y vía ósea
Es la prueba más conocida y la base del diagnóstico auditivo.
✔ Audiometría por vía aérea:
Evalúa la audición desde el oído externo hasta el interno mediante auriculares.
Permite conocer el umbral de audición en diferentes frecuencias.
✔ Audiometría por vía ósea
Se realiza mediante un vibrador colocado detrás del pabellón auricular.
Evalúa directamente la función del oído interno, sin intervenir el oído externo ni medio.
¿Para qué sirve esta prueba?
Determinar si existe pérdida auditiva.
Saber si el origen es conductivo, neurosensorial o mixto.
Establecer la severidad de la pérdida (leve, moderada, severa…).
Logoaudiometría
Evalúa la capacidad para entender el habla, no solo oír sonidos. Es una prueba clave porque muchas personas “oyen”, pero no entienden
¿En qué consiste?
A través de los auriculares se escuchan palabras a diferentes intensidades y el paciente debe repetirlas.
Información que aporta
- Nivel de comprensión verbal.
- Dificultades en ambientes ruidosos.
- Rendimiento previsible con audífonos.
Umbral de incomodidad o disconfort
Determina a partir de qué volumen un sonido deja de ser agradable y empieza a resultar molesto.
¿Por qué es útil?
- Ayuda a ajustar correctamente los audífonos.
- Detecta hiperacusia (sensibilidad exagerada al sonido).
- Permite valorar el rango dinámico auditivo del paciente.
Otras pruebas complementarias (si son necesarias)
- Acufenometría.
- Impedanciometría / Timpanometría
- Pruebas supraliminares
Una evaluación auditiva completa no es solo “mirar si oyes bien”, sino analizar cada parte del sistema auditivo para obtener un diagnóstico preciso y ofrecer la mejor solución personalizada.
Si notas cambios en tu audición, tienes acúfenos o simplemente ha pasado más de un año desde tu última revisión, pedir cita con un especialista es el mejor paso para cuidar tu salud auditiva.


