¿Qué es la terapia visual? La terapia visual o entrenamiento visual es un proceso de enseñanza y aprendizaje que servirá para mejorar, desarrollar y potenciar las capacidades visuales de niños y adultos. Tanto en niños como en adultos, hay una serie de síntomas que pueden indicar la necesidad de realizar terapia visual (siempre que no se solucione mediante el uso de una ayuda óptica).

Los posibles síntomas indicativos de necesitar terapia visual son:

Posibles síntomas en niños

– Baja comprensión lectora

– Lectura lenta

– Usar el dedo al leer

– Saltar o repetir líneas al leer

– Movimiento excesivo de la cabeza durante la lectura

– Invertir letras y números

– Guiñar los ojos al mirar lejos

– Acercar demasiado la lectura

– Visión borrosa

Posibles síntomas en adultos

– Visión borrosa de lejos y cerca

– Dificultad de concentración

– Picor y ojos rojos

– No poder mantener la lectura/escritura durante más de 10 minutos

– Visión borrosa al levantar la cabeza mientras lee

– Dolor de cabeza

– Incomodidad y fatiga al realizar tareas que requieren visión de cerca

– Baile de letras al leer

¿Perfil del paciente adecuado para terapia?

Hay que tener en cuenta que, a la hora de realizar terapia visual, la motivación y comprensión de los pacientes puede variar.

El éxito de la terapia depende de varios factores:

1. Edad: Dependiendo de la edad, se deben abordar los ejercicios de manera distinta, puesto que un/a niño/a pequeño/a no va a realizarlos de la misma forma que un/a adulto/a.

2. Inteligencia: Los ejercicios deben adaptarse a cada paciente, por tanto, si tenemos un paciente con inteligencia tanto por debajo como por encima de la media, es posible que, en algunos casos, se deban adaptar las pruebas para que sean comprensibles y no se aburran. Es muy importante mantener la atención de los pacientes.

3. Atención: Pacientes con déficit de atención necesitan realizar tareas más cortas y con descansos, por lo que también será necesario hacerla divertida.

4. Dinámica familiar: En caso de problemas familiares o familias separadas, los pacientes pueden presentar en tratamientos que tengan duración en el tiempo.

5. La autoestima: a los pacientes con baja autoestima hay que animarlos más y mostrarles sus progresos para que no lo dejen, y en caso de tener altibajos explicarles que es muy normal.

Por último, el factor más importante a la hora de realizar un tratamiento de terapia visual es la MOTIVACIÓN:

si el paciente no quiere realizarla y/o la hace sin ganas, la terapia no será efectiva.

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